Se celebra en Sevilla la inauguración de una escultura dedicada a San Marcelino Champagnat, fundador de los Hermanos Maristas, resaltando su contribución a la educación y su presencia histórica en la ciudad.
Este martes en Sevilla, el alcalde José Luis Sanz inauguró oficialmente un nuevo monumento en memoria de San Marcelino Champagnat, líder religioso y fundador de la congregación de los Hermanos Maristas, en el colegio ubicado en el barrio de Triana.
La escultura, realizada por el artista Martín Lagares, simboliza el compromiso de la educación y la labor de aquel sacerdote francés que dedicó su vida a la formación de los jóvenes, especialmente los más vulnerables.
El acto tuvo lugar en el Colegio Marista San Fernando, un centro que acoge a la comunidad educativa desde hace más de 90 años, y que ha sido testigo de la evolución educativa en Sevilla a lo largo de prácticamente un siglo.
El alcalde destacó que la obra no solo rinde homenaje a Champagnat, sino que también simboliza los valores de la educación con una gran “E” mayúscula, que fomenta principios como la solidaridad, la cooperación y el esfuerzo.
Durante su intervención, José Luis Sanz rememoró el impacto histórico del fundador, quien en 1817, hace más de 200 años, estableció una comunidad dedicada a brindar una educación integral a los niños, poniendo especial énfasis en los más desfavorecidos.
Desde entonces, los Hermanos Maristas han expandido su labor por más de 80 países, transformando vidas y fomentando valores universales.
El alcalde subrayó el papel fundamental de las instituciones educativas en el futuro de la sociedad, asegurando que invertir en la formación de los jóvenes es apostar por un porvenir más prometedor.
Añadió que la presencia de una estatua en Sevilla, la primera dedicada a Champagnat en la ciudad y una de las pocas en toda Andalucía, refuerza el compromiso local con la educación de calidad.
La ceremonia fue acompañada por miembros del equipo directivo del colegio, representantes de la comunidad educativa, alumnos y las familias, además de autoridades locales.
En su discurso, Sanz felicitó al escultor por una obra que, además de estética, transmite un mensaje profundo de historia y valores. La pieza será un recordatorio constante del legado de Champagnat en la ciudad y su contribución a la formación de generaciones de sevillanos.
Para entender el marco histórico, conviene recordar que en los tiempos de Champagnat, Europa vivía cambios sociales y políticos significativos, tras la Revolución Francesa y durante la consolidación de movimientos educativos que buscaban ofrecer igualdad de oportunidades mediante la educación.
La iniciativa de Champagnat surgió en esa corriente, con una visión centrada en la enseñanza basada en valores cristianos y en el acceso universal a la educación.
En términos económicos, la inversión en obras públicas y culturales en Sevilla, como este monumento, suele oscilar entre 50,000 y 150,000 euros, dependiendo de la escala y el artista.
En este caso, la figura de la escultura y su relevancia social han hecho que el proyecto cobre especial significado para la comunidad.
En definitiva, este acto de inauguración reafirma el compromiso de Sevilla con la educación y resalta la figura de San Marcelino Champagnat como un referente de la formación basada en valores fundamentales, que trasciende el tiempo y continúa inspirando a nuevas generaciones.