En un acto solemne en Sevilla, se entregó el IX Galardón Periodístico Alberto Jiménez-Becerril a Alfonso Javier Ussía Hornedo, reconociendo su compromiso con la memoria, la justicia y la difusión de la historia de ETA. El evento destacó la importancia de mantener vivo el recuerdo de las víctimas del terrorismo y el papel de la prensa en esa labor.

En la histórica Sala del Salón Colón del Ayuntamiento de Sevilla, tuvo lugar un acto de gran relevancia en el ámbito cultural y social de la ciudad.

La ceremonia estuvo presidida por el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, quien expresó su reconocimiento a la calidad y compromiso del periodista y escritor galardonado, Alfonso Javier Ussía Hornedo, con la entrega del IX Galardón Periodístico Alberto Jiménez-Becerril.

Este galardón, que se ha convertido en un referente para honrar el trabajo comprometido con la memoria y la verdad, reconoce a profesionales que, a través de su labor, fortalecen los valores democráticos y ayudan a mantener viva la historia de nuestro país.

Este acto no solo tuvo un carácter de reconocimiento, sino que también sirvió para recordar hechos traumáticos que marcaron la historia reciente de España.

La noche del 30 de enero de 1998, aproximadamente a las 2 de la madrugada, la banda terrorista ETA llevó a cabo un atentado que segó la vida de Alberto Jiménez-Becerril y Ascensión García Ortiz en Sevilla.

La crueldad de aquel acto, disparando por la espalda a un joven matrimonio que tenía toda una vida por delante, quedó grabada en la memoria colectiva.

La historia de ETA, una organización que durante décadas sembró terror y muerte en España, dejó un saldo de cerca de 865 víctimas mortales y una profunda herida en la sociedad española.

El recuerdo de estos años oscuros es vital para la democracia y la memoria histórica del país. Gracias al esfuerzo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y al trabajo de diversas instituciones, ETA fue desmantelada y derrotada. Sin embargo, para muchas familias y para la sociedad en general, la amenaza y el dolor permanecen vivos. Por ello, la Fundación Alberto Jiménez-Becerril trabaja incansablemente para recordar y honrar a las víctimas, promoviendo la memoria, la dignidad y la justicia.

El galardón entregado a Alfonso Javier Ussía Hornedo destaca su trayectoria como periodista y escritor, movimiento que siempre ha estado ligado a una defensa activa de estos valores.

Ussía Hornedo, nieto del célebre Pedro Muñoz Seca y hijo del destacado Alfonso Ussía, ha demostrado a lo largo de su carrera un profundo compromiso con la memoria histórica de ETA y sus víctimas.

Desde muy joven, conoció de cerca la amenaza que representaba ETA, especialmente por la experiencia de su padre, quien nunca se dejó amedrentar por las extorsiones y amenazas.

Esto motivó a Ussía a dedicar parte de su obra a recordar aquellos años, siendo pionero en narrar la historia del terrorismo en España.

Su libro “Borroka”, Primera entrega de una tetralogía, profundiza en los años más sangrientos del terrorismo etarra, y refleja el compromiso del autor con la memoria y el rechazo a la desmemoria que muchos intentan promover.

La obra enfatiza la importancia de recordar y no olvidar; pues afirma que la desmemoria equivale a una forma de desprecio hacia las víctimas y sus familias.

La larga lucha contra ETA en España, que se extendió desde los años 60 hasta principios del siglo XXI, fue un proceso lleno de sacrificios y de dolor, pero también de esperanza y resistencia.

La historia de ETA, fundada en 1959, representa uno de los capítulos más oscuros de la dictadura y la transición en España. La organización, con su historia de extorsión, asesinatos y atentados, fue responsable de la muerte de cerca de 865 personas. La derrota de ETA en 2018 fue un hito en la historia democrática del país, pero las heridas permanecen abiertas en muchos corazones.

Este reconocimiento a Ussía Hornedo llega en un momento en que la sociedad española se esfuerza por dejar atrás los años de violencia y construir una memoria que pueda servir de ejemplo para generaciones futuras.

La ceremonia en Sevilla reafirmó que la lucha por la memoria, la justicia y la dignidad sigue vigente, y que la labor de periodistas y escritores es esencial para preservar la historia y evitar que estos episodios se olviden.

La Fundación Alberto Jiménez-Becerril continúa siendo un pilar fundamental en ese esfuerzo, asegurando que la memoria de las víctimas jamás sea borrada y que la historia no se repita.